El PVC está compuesto de forma mayoritaria por sal, en concreto un 57% del PVC es simplemente sal, lo que lo convierte en una material poco dependiente del petróleo, además puede ser completamente reciclado. Otra ventaja medioambiental del PVC es que debido a su capacidad aislante ayuda a reducir las emisiones de CO2 causantes del efecto invernadero.
Para los que piensen que que un producto así debe ser caro, debemos decir que otra de sus ventajas es el precio, ya que la instalación de una ventana de PVC es sensiblemente más económica que una ventana de aluminio de características similares.
A modo de ejemplo, este año se desmontaron 11 ventanas de PVC instaladas en 1968 en una vivienda particular en el área de Bruselas. El motivo para la sustitución ha sido el mejorar el asilamiento térmico de las ventanas incorporando los avances tecnológicos tanto en vidrios como en perfiles, como por ejemplo, Zendow#neo. Tras 45 años en servicio, las antiguas ventanas seguían manteniendo sus prestaciones como el primer día. Perfiles inalterados en dimensiones y color, así como juntas flexibles para garantizar sus prestaciones.
Estas ventanas entraron en el circuito de reciclaje, siendo posible reutilizar todos los materiales que la componen. En el caso del PVC, éste se utiliza para fabricar nuevos perfiles para ventanas y puertas o un sinnúmero de otras aplicaciones.
Tras 7 ciclos de vida como ventana, el perfil aún mantiene sus propiedades, por lo que si consideramos una vida media de la ventana de 50 años –debido a una rehabilitación integral de la vivienda o edificio– el mismo PVC ha prestado servicio como ventana durante 350 años, el tiempo medio que tarda en crecer y estar listo para ser talado un árbol de buena madera para ventanas.